Noticias de Liébana


Los alcaldes de Liébana reclaman una mejora urgente de las insfraestructuras del valle

11/07/2010

«Sería bueno diversificar; no podemos poner todos los huevos en la misma cesta, la hostelería, y dejar de mirar hacia otros horizontes» Se ve la necesidad de mejorar las infraestructuras viales; se ve la obligaci&ocuate;n de adecuar las telecomunicaciones; se ve la repercusi&ocuate;n de incentivar al mundo empresarial; se ve la importancia de explotar otros recursos; se ve la trascendencia de frenar el despoblamiento; se ve el relieve de toda Liébana... Desde Picos se ve el futuro y cinco de los siete alcaldes de la comarca que duerme debajo de sus faldas -Gregorio Alonso (Vega), Jes&ucuate;s Cuevas (Cillorigo), Vicente Vélez (Pesaguero), Manuel Heras (Cabez&ocuate;n) y Javier G&ocuate;mez (Potes)- han bajado esta semana hasta las instalaciones de EL DIARIO MONTAÑÉS en La Albericia para contarlo. Sometida a su propia orografía, un sostén para el desarrollo turístico, aunque también una rémora para el avance infraestructural, la comarca de Liébana enfrenta desde siempre un problema de comunicaciones de muy difícil soluci&ocuate;n que los alcaldes de la zona recuerdan en cuanto tienen la ocasi&ocuate;n. No es el &ucuate;nico, claro, pero sí uno de los más importantes considerando que de su remedio depende el remedio de otros obstáculos.

Por eso, porque les afecta a todos, ninguno esquiva un debate que transita por la práctica totalidad de las carreteras del valle.

Presto, Javier G&ocuate;mez distingue entre las que competen a Fomento -el Desfiladero de La Hermida, la variante de Potes y San Glorio, todas ellas en la carretera N-621- de aquellas que dependen de la comunidad aut&ocuate;noma. Seg&ucuate;n él, la &ucuate;ltima vez que el delegado del Gobierno en Cantabria visit&ocuate; esta zona «se comprometi&ocuate; a arreglar las seis curvas más peligrosas -en tanto no se hiciera el proyecto definitivo del Desfiladero- y, luego, ir arreglando otras seis todos los años. Si hubiera cumplido aquel compromiso, hacía tiempo que la carretera estaba terminada». Pero no lo está, «porque es una actuaci&ocuate;n integral y necesita una estimaci&ocuate;n de impacto ambiental», dice el alcalde de Potes, que cada 'equis' tiempo ve en el Desfiladero «pintadas y circulitos» pero ning&ucuate;n avance al respecto. «Nosotros no queremos alta velocidad, queremos alta seguridad», reclama G&ocuate;mez, que no pretende «ir a 120 por hora por el Desfiladero» sino «ir sin la preocupaci&ocuate;n de pensar que el vehículo que viene de frente se va a meter en nuestro carril... Y, encima, tenemos que ir mirando al cielo por si caen piedras», concluye. Gregorio Alonso, en cambio, ve que las principales vías de acceso «se están 'tocando'». El alcalde de Vega de Liébana recuerda que «la carretera de Piedrasluengas está ahora en ejecuci&ocuate;n; la de Camaleño se concluy&ocuate; esta legislatura; la de Potes-San Glorio está en obras»... «Está en obras pero la van a abandonar», replica G&ocuate;mez. «No lo sé», prosigue Alonso. «S&ocuate;lo sé que en esto no hemos estado muy unidos y que habría que buscar una salida». ¿Cual? «Un t&ucuate;nel que dé acceso al valle, que sea una vía del siglo XXI, no una carretera de hace un siglo». Una idea que sostiene con firmeza considerando que el Desfiladero, «por mucha inversi&ocuate;n que se haga, va a mejorar muy poco». «Yo no estoy de acuerdo en eso», dice Jes&ucuate;s Cuevas, que asegura que «la carretera de Panes a Cabrales estaba bastante peor que el Desfiladero y ahora da gusto ir por ahí». «¡Claro! Es que no es incompatible, Goyo», insiste Javier G&ocuate;mez a Gregorio Alonso.

Desinformados

Manuel Heras, que ha escuchado muy atento el debate «a tres» sobre las carreteras, ahonda sobre el 't&ucuate;nel de Revilla': «Esa obra no se la cree ni él. Eso es algo que dice cuando viene al valle»... «Pero si es que a Liébana no le vale para nada», enfatiza el alcalde de Pesaguero, Vicente Vélez, que dice que el t&ucuate;nel que tiene proyectado Revilla «no es el t&ucuate;nel que tenía proyectado Hormaechea». La conversaci&ocuate;n sobre las carreteras se extiende por buena parte del trazado de la N-621 que discurre por el valle, el estado que presenta, y las actuaciones previstas, que ninguno conoce porque, protestan, «no tenemos ninguna informaci&ocuate;n al respecto». Si la quieren, «tenemos que preguntarle al encargado de la obra», reconoce el alcalde de Cillorigo. «Es que no recibimos ni siquiera los proyectos», añade el de Cabez&ocuate;n de Liébana. «Por no decir que hacen una obra que en ocasiones ni costean ellos, y cuando la van a inaugurar llaman a los concejales de su partido y a los demás no les dicen nada», se queja el de Pesaguero. Claro que las condiciones orográficas no s&ocuate;lo limitan las actuaciones en las carreteras de la comarca lebaniega; también la prestaci&ocuate;n de un servicio de comunicaciones acorde al siglo en el que viven y al que la mayoría de los regidores cree que no se presta la atenci&ocuate;n que merece. Aunque no es el caso de todos, porque en Potes, por ejemplo, «nosotros no tenemos ese problema», muchos admiten que necesitan mejorar sus comunicaciones. Si no es la TDT es Internet o es la telefonía m&ocuate;vil, «pero siempre recibimos alguna queja». La reivindicaci&ocuate;n de unas mejores comunicaciones, en todo caso, la hacen los alcaldes de esta zona en tono menor. Ahorran para debates de mayor calado.

El Parque Natural

Por ejemplo, en qué medida les afecta vivir en las faldas de un parque natural. Heras (Cabez&ocuate;n) alude a la caza y recuerda que el lobo -especie protegida en el recinto- «no sabe d&ocuate;nde está el límite del parque y se come nuestros rebaños lo mismo que los rebaños de los que están dentro». Alonso (Vega) recuerda que en Liébana «existen todas las figuras de protecci&ocuate;n medioambiental habidas y por haber. Y me parece bien, pero creo que esas figuras deberían traer consigo una compensaci&ocuate;n para los habitantes de la zona. ¿Tenemos que ser la reserva natural de Cantabria? Me parece bien. El lugar lo merece. Pero no se puede condenar a los habitantes a vivir limitados». Viendo c&ocuate;mo asienten los demás, y aprovechando que conserva la palabra, el propio Alonso cambia el tercio y pone sobre la mesa otra «preocupaci&ocuate;n»; el despoblamiento de su municipio y los limítrofes: «Pesaguero, Cabez&ocuate;n y Vega -«y Cillorigo, añade Cuevas»- hemos perdido muchos habitantes». El alcalde de Cabez&ocuate;n lamenta que ese baj&ocuate;n poblacional esté repercutiendo en los servicios, «que antes asumían las juntas vecinales y ahora asumen los ayuntamientos o no se pueden asumir porque no hay juntas vecinales». Ni planes generales que asentados sobre suelo de protecci&ocuate;n especial «nos permitan hacer nada»; ni una gesti&ocuate;n sobre la caza con la que estén conformes; ni una percepci&ocuate;n clara de que en Liébana «no podemos poner todos los huevos en la misma cesta», como entiende Javier G&ocuate;mez, para quien sería bueno «diversificar» y mirar hacia horizontes más lejanos que los que traza la hostelería.

11-07-10 - Nacho González Ucelay | POTES. Tomado de El Diario Montanés


También en esta sección: