Lourdes Gutiérrez Palacios. 3/12/2021 en su Facebook.
Con el paseo anterior me pasó lo del fraile: me ensimismé y estuve vagando por la Plaza más de 700 años. En el paseo de hoy, a los que os agobia la letra y la palabra, podéis estar tranquilos ya que va a ser más liviano (poca letra y muchos "santos").
La mayoría de los que os paseáis conmigo sabéis, y mejor que yo, que, desde tiempos remotos, el lunes es día de mercado y por tanto está marcado en rojo para los lebaniegos que se desplazan y se reúnen en Potes a comprar, a hacer recados y a resolver todo tipo de asuntos. Para la Plaza es un día grande.
La Voz de Liébana. Número 1. Potes, 1 de agosto de 1904. Ecos. Paloma mensajera:
«En el mercado celebrado es esta Villa el lunes último, fue traída para su venta por una señora del pueblo de Cobeña, una paloma que según declaración expuesta dijo que, a la venida para el mercado, la había recogido casi moribunda en el camino, y muy cerca del pueblo indicado.
Adquirida por 50 céntimos, por nuestro celoso alcalde don Jesús Jusué, pasó a su reconocimiento, hallando las siguientes inscripciones en el ala izquierda, E. Vandercruyssea Gana (Belgique) Apréz niuvir soiné moi liberté S.V.D.
En el ala derecha, primera pluma, la inicial O. siguiendo en la tercera pluma otra inscripción, que como otras dos del ala izquierda no se pueden precisar por su borrosidad.»
La Voz de Liébana. Número 1. Potes, 1 de agosto de 1904. Rasgos literarios. A Potes. Por Lezagón:
(...) «Y de Potes admirado
los lunes, te quedarás;
por que en tal día verás
cuánto valen sus mercados.
En ellos; sin artificios,
científicos ni profanos,
hallarás muchos y sanos
efectos alimenticios.» (...)
La Voz de Liébana. Número 15. Potes, 10 de febrero de 1905. Rasgos literarios. El mercado de Potes. Por Manuel González:
«Todo aquél que en Potes se halle,
desde las horas primeras
de un lunes, verá en la calle
la concurrencia del valle
y personas forasteras.
Verá tiendas, baratillos,
dorado trigo y centeno;
pregonar... hasta barquillos,
e ir y venir los cestillos
con lo barato y lo bueno.
A las once va en aumento
el tránsito y el gentío;
ya se anima el movimiento
y entre bullicio y contento
se percibe el vocerío.» (...)
La Voz de Liébana. Número 61. Potes, 20 de mayo de 1906. Escenas lebaniegas, Hora de retiro. Por Carlos:
«Es en Potes, uno de esos renombrados lunes, días de feria chica, como yo llamo a su célebre mercado, en que oís un bullebulle general y constante, que se extiende desde la Cárcel, va engrosando poco a poco, adelantando hacia los portales de la Plaza, sin decaer un momento la animación y bullicio que mantienen principalmente los tíos y tías de los pueblos, con sus trapacerías y regateos en las ofertas y demandas, los ademanes sueltos de gozo, al comer y beber y el besuqueo cordial con que saludan a un primo cuarto o a un sobrino de la madre de su abuela.
Y luego dirán que no guardan amor, cariño y sinceridad los pechos lebaniegos, cuando tales escenas suceden a plena luz, sin que la cara de rolliza mocetona, se ruborice al besar a su primu lejanu, y sin que el primo la rechace... escandalizado.» (...)
También conocéis que las ferias de año se celebraban cada dos meses por lo que existían 6 a lo largo del año. Tiempo atrás la feria de San Pedro era de las más importantes del calendario de la región (se mencionaba en el paseo 13). La tendencia que llevan desde hace ya muchos años es a desaparecer. La feria de los Santos, aunque está muy lejos de alcanzar la importancia que tuvo, sigue siendo la más importante de las que se celebran actualmente en Potes.
La Voz de Liébana. Número 855. Potes, 30 de junio de 1928. La feria de San Pedro:
«Con un tiempo excelente, pecando más bien por exceso de calor, se celebró, los días 29 y 30, la tradicional feria de San Pedro.
En el ferial de la Serna, nos pareció que había menos ganado vacuno que otros años, y caballar, también mucho menos.
Se notaba bastante concurrencia de compradores; pero, no obstante, hubo menos transacciones que en algunos de los mercados de mayo y junio, y también a precios un poco inferiores a los que rigieron en dichos mercados. En cuanto al ganado caballar, la desanimación fue completa.
Los baratillos de la Plaza del Convento y algunos instalados en la Serna, así como los puestos de bebidas y refrescos, han debido hacer buen negocio, a juzgar por el número de parroquianos que a todas horas se veían en ellos.
En la Plaza, por la tarde, la animación era grande, predominando la gente joven, que pronto se dedicó a su diversión predilecta, el baile, que se vio muy concurrido hasta bien entrada la noche.
Durante estos días de feria, ha actuado en nuestro teatro, la Compañía Hispania, que dirige el primer actor don Antonio Carrascal, que puso en escena varias obras de su moderno repertorio, viéndose el teatro completamente lleno algunas noches.
El orden ha sido completo, durante la feria, no obstante la aglomeración de gente, no habiéndose registrado ningún accidente de importancia.»
La Voz de Liébana. Número 863. Potes, 5 de noviembre de 1928. La feria de los Santos:
(...) «Esta feria, como todas las demás que anualmente se celebran en distintos pueblos de la provincia, va perdiendo la importancia que hace años tuvieran, a medida que se van estableciendo nuevas ferias mensuales o quincenales, en puntos que, por su situación estratégica, como Unquera y Torrelavega, por su proximidad al ferrocarril, dan mayores facilidades para el transporte de los ganados (...)
(...)La gente joven se entregó, tarde y noche, a su diversión favorita y en la Plaza, hubo momentos que en poco espacio se organizaron tres bailes, al son de tres organillos distintos, no pudiendo explicarnos cómo los bailarines podían saber al compás de cuál de ellos bailaban.»
La Voz de Liébana. Número 911. Potes, 15 de noviembre de 1930. La feria de los Santos. La feria en la plaza
(...) «La Plaza de Potes en día de feria es el muestrario más rico de cuantos se ven en plazas análogas.
El ángulo de las dos barbacanas se cierra en toda extensión de la Plaza por una línea de comerciantes ambulantes que vienen a nuestras ferias como moscas a la miel. Tejidos, loza, quincalla, etc., de todo traen los vendedores ambulantes que restan al comercio de Potes un cincuenta por ciento de ventas.
¿No merecerá este asunto alguna atención de nuestro Ayuntamiento? Porque esto es un verdadero problema que exige una solución de conformidad con los intereses de los que no un día, ni dos, ni tres, sino un año y cinco y diez años sostienen las cargas del Municipio.
Los productos del país se vendieron a los siguientes precios: trigo, el cuarto, a 56 reales; cebada a ídem; fréjoles de la última cosecha a 8 y 10 pesetas emina; garbanzos, a 12 pesetas emina; patatas del país a 14 reales arroba y de Pernía a 12; manteca, el kilo a 6 pesetas; jamón, el kilo a 6,75 y 7 pesetas; queso de Tresviso, a 6 pesetas el kilo y huevos a 16 y 17 reales la docena.
Gallos a 8 pesetas, gallinas a 5 y 6 y pollos a 4 y 5 pesetas.
El movimiento de la Plaza no cesó en los tres días y la juventud de los valles que pone siempre en estas ferias la nota más alegre concurrió en crecido número.
El baile, amenizado por un manubrio, se vio los tres días concurrido y en el teatro, la empresa arrendataria, formada por los señores Paz y Zurdo, proporciona al público magníficas películas, registrándose buenas entradas.
No podían faltar en estos días los consabidos timos y han sido varios los que hubo.»
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