Antes de centrarnos en los aguinaldos, retrocedemos unos días, al 28 de diciembre fiesta de los Santos Inocentes. En Liébana hace más de un siglo, la noche del 27 al 28 se ponía en práctica la "berrona", una inocentada que contó así en 1905 La Voz de Liébana.
Ahora sí, vamos con los aguinaldos. Extendidos por todos los pueblos de Liébana, aunque con variantes entre ellos, los aguinaldos mantienen en todos la misma estructura:
En lo que más variación había de un pueblo a otro era en el canto de los Mandamientos. Se trata de un cántico en el que se van recorriendo los Diez Mandamientos, de ahí su nombre. De su antigüedad da fe el hecho de que algún estudioso como José Manuel Pedrosa, de la Universidad de Alcalá de Henares, haya visto en los de algún pueblo, Bárago en concreto, relación con unas Coplas del Nacimiento, impresas en 1604.
Sirva, como ejemplo de su letra, el de Cosgaya:
En ocasiones, en otro contexto, alejándose de su carácter religioso, se adaptaban para cortejar alguna moza. Es el caso, por ejemplo, de éste de Tudes:
(Letras tomadas del libro "Cánticos navideños del ramo y aguinaldos en Liébana", publicado por el Arciprestazgo de Liébana en 1997).
De la música que acompaña a estos cantos sirve, como breve ejemplo, el corte que reproducimos a continuación, en el que se incluye, primero, el comienzo de unos mandamientos similares a los de Tudes, siguiendo, a continuación, el comienzo de los Mandamientos religiosos, tipo de los de Cosgaya. Éste es el archivo, tomado del CD que acompaña al libro "Canciones y romances de Liébana. Recopilación etnomusicológica", de Antonio Gamaza (Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cantabria, 2000). También, contamos con la grabación realizada por el norteamericano Alan Lomax a Ramón Soberón en Potes en noviembre de 1952 de unos mandamientos tipo Tudes, que puede escucharse aquí y aquí.
Entre las peticiones de aguinaldos recogidas por La Voz de Liébana, periódico del primer tercio del siglo XX, están las de Baró en 1921, Campollo en 1923 (crónica es del maestro del pueblo), Aniezo en 1928, Bejes en 1932... De lo bien organizados que estaban los jóvenes en algunos pueblos, con una "corporación" de la que elegían presidente y vocales todos los años, es ejemplo la noticia que da cuenta de los aguinaldos de Vendejo en 1926. En ocasiones, cuando los mozos no los pedían, eran los menos mozos los que los sustituían, como sucedió en La Vega en 1928.
Ya en la segunda mitad del siglo, Luz de Liébana también dejó constancia de la petición de los aguinaldos y el canto de los Mandamientos. En 1979, por ejemplo, recogió los de Lamedo. También Liébana Mensual informó de, por ejemplo, los aguinaldos en Tama y Ojedo en 1982.
Durante la segunda mitad del siglo XX, hubo cánticos menos solemnes para pedirlos. Así, Germán Pardueles nos comenta lo que en Trillayo se cantaba: "Somos unos niños - que nos mandan a la escuela - y hemos recorrido mucho - por el pueblo dando vueltas - recogiendo longanizas - y chorizos y mantecas - para guisar muestro gallo - con pico, patas y cresta - y de aquí no nos movemos - sin que nos llenen la cesta - cinco arrobas de tocino - es bastante en mi conciencia - que si nos diesen dinero - que menos de mil pesetas - recogiendo o echando menos - es de gente sinvergüenza - miserable y estrujada - que no estima su conciencia". A continuación se gritaba: "aguinalderos somos, del cielo venimos, bolsa traemos, dinero pedimos, cantamos, bailamos, rezamos o ¿que hacemos?". Lo normal era cantar algún villancico, y después de que nos daban algo se gritaba: "viva la gala de fulanito de tal y toda su familia...VIVA!".
En la actualidad, aunque se pidan y se coman los aguinaldos (en algún pueblo, como Espinama, participan de ellos todos los vecinos), el canto de los Mandamientos ha desaparecido casi por completo.
Los Reyes:
Las fiestas navideñas terminan con la fiesta de la Epifanía (6 de enero), la adoración de los magos, popularmente conocida como fiesta de los "Reyes Magos". Como ya vimos en Navidad en Liébana I, había villancicos específicos dedicados a ellos. También, como acabamos de ver, los aguinaldos solían comerse la víspera del día de Reyes y volvían a pedirse este día.
Pero esta fiesta se caracteriza por los regalos que, a semejanza de las ofrendas de oro, incienso y mirra que hicieron los Magos al Niño Jesús, se entregan, sobre todo, a los niños. En otros tiempos, de mucha escasez y necesidad, los regalos eran pequeños detalles (unas nueces mismamente) o cosas necesarias (unas alpargatas nuevas, por ejemplo). Con el tiempo, llegaron las cabalgatas. Fue el 5 de enero de 1936 cuando tuvo lugar la primera cabalgata de Reyes en Potes, según contó el periódico santanderino El Cantábrico.