Reportajes de Liébana


El camino de Urdón-Tresviso

17/04/2015
II

Entre las primeras menciones a la existencia de construcciones en Urdón, está la del lebaniego Ildefonso Llorente que, sin embargo, utiliza un nombre diferente. Leemos en sus "Recuerdos de Liébana", publicado en 1881, cuando describe el paso por el Desfiladero:

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"Llegamos en esto adonde un torrente, el Bugo, que se despeña con gran ruido, confluye con el Deva, chocando contra su izquierda margen con fuerte ímpetu.

- ¿Qué casas son esas? preguntó el joven madrileño, señalando un grupo de ellas en la Peña junto al torrente.

- Pertenecen, dije yo, a una de las sociedades mineras de los Picos de Europa, la cual ha hecho labrar en la Peña ese camino, que hay al borde del torrente y que tiene algunas leguas, para bajar por él en carros el mineral, desde las mayores alturas de esta cordillera, hasta las profundidades pasmosas por donde vamos caminando.

- ¿Y no caen los carros al abismo? insistió el Obispo con admiración.

- Hasta ahora ninguno ha caido, respondí, no obstante lo difícil del camino y hacer ya bastantes años que suben y bajan por ahí.

- Pero ese camino revela un trabajo prodigioso al par que una gran inteligencia en su dirección, y habrá gastado la sociedad minera mucho capital en abrirle, añadió el madrileño.

- Sin duda; como también habrá costado mucho otro camino, que baja, como ese, por la Peña desde Bejes, pueblo altísimo, hasta la Hermida, pequeña aldea situada junto a el [sic] río, y a la cual luego llegaremos. Pero las minas de la sociedad La Providencia son riquísimas, y dan para eso y más."

Poco después de este texto, en 1883, recorren "Las Tierras Altas del Cantábrico", los viajeros ingleses Mars Ross y H. Stonehewer-Cooper (a quienes debemos la foto de la anterior entrega y la que ilustra ésta), y dejan constancia de "Casa Santiago", la fonda existente en Urdón, donde se sorprenden al encontrar "una pequeña biblioteca con buenos libros". Santiago era a la vez "dispensador de licores, molinero y almacenista general". Su esposa daba muy bien de comer en la posada, "siendo una trucha recién pescada en el Deva la parte principal de la comida".

Este Santiago es probable que fuese Santiago Alonso López, dueño de dos fincas rústicas "en el sitio de Urdón, radicante en los pueblos de Alles, Abándames y otros, concejo de Peñamellera". Una de ellas, lindaba al norte con "sendero que se dirije a la casa de la Sociedad Esperanza, Sur camino real, Oeste roca y Oeste camino de Urdón a Tresviso". Le fueron ejecutadas por no haber hecho frente al pago por el que se le habían adjudicado en 1876, según publicó el 12 de febrero de 1877 el Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo.

Pero, volviendo a los ingleses, tras su estancia en la fonda, emprenden el camino a Tresviso. Del texto que dedican a la subida entresacamos lo siguiente:

"La escalada a las cumbres montañosas de los Picos más altos debe comenzarse en Urdón, tomando el camino de la derecha que hay a la salida de la posada. Es un camino sencillo y poco pretencioso, con la mitad de anchura que la carretera principal." (...)

"Quizás durante una media milla, el estrecho camino por el que intentamos guiar al lector hacia los altos Picos sigue un torrente montañoso o río (no conocemos su nombre) primero por la ribera derecha, y luego por la izquierda: es un torrente caudaloso repleto de helechos y vegetación junto al camino de la izquierda. Sobre nosotros emerge un precipicio de seis mil pies de roca cavernosa y repujada, desde el cual la embriagadora altura (...) nos envía como prueba de su existencia un par de pedruscos camino abajo. Pocos accidentes, por el contrario, han sucedido por aquí". (...)

"Antes de que comience la ascensión más dura, se pasa por un bosque muy pintoresco (...). El camino que sube por un precipicio de unos 6000 pies está ante nosotros, y desde la cumbre podría caer una roca sobre el puente en el que estamos. Es un camino maravillosamente construido el que va hacia Tresviso: aprovecha cualquier recodo, cualquier roca, cualquier ventaja mientras sube en zig-zag por toda la cara de la montaña. Por supuesto que a veces, la ruta es fatigosa, pero está tan bien hecha que no le causa gran cansancio a un caminante medio. Siempre se debe llevar líquido encima, ya que no encontrarán ni una gota durante todo el día. El paisaje del valle, tomado desde el camino por el que se va, es grandioso, aunque muy rocoso y estéril. Después de recorrer cómodamente cierta distancia, hay que afrontar un desnivel del veinte por ciento, y aquí es donde los montañeros atrevidos comienzan a apreciar que no están pasando bajo las banderas de Fleet Street, los prados de Hyde Park o las dulces y sombreadas franjas del Pall Mall. Este desnivel es también una perfecta trampa solar, y ni con toda nuestra vigorosa experiencia en cotas más altas, nos habíamos sentido tan exhaustos como en esta corta travesía –comparativamente hablando- hacia Tresviso". (...)

"Cuando al final, después de dos horas de duro esfuerzo, alcanzamos la verde planicie de las minas de Tresviso, ¡qué bienvenidos fueron el descanso y la vista de la hierba verde, qué refrescante resultó el agua fresca del Deva!".

Los ingleses, aunque ubiquen esta zona en Asturias y equivoquen en esta última frase el nombre del río, dejaron, pues, una interesante descripción del camino y reconocieron lo bien construido que estaba, anticipándose así a lo que el Ministerio de Medio Ambiente destaca en su web (Ver) al afirmar que "El propio camino supone una increíble obra de ingeniería, con muros de sujeción realizados a mano con piedra de mampostería en un emplazamiento imposible".

Tan buen camino hizo que pronto se convirtiera en vía de paso para diferentes personajes como veremos en la próxima entrega.

Enlaces relacionados

.- El camino de Urdón-Tresviso I

.- El camino de Urdón-Tresviso III

.- El camino de Urdón-Tresviso IV

.- El camino de Urdón-Tresviso V


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