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EXPUESTO EL PLAN DE GESTIÓN DEL LOBO

7/01/2019

El Plan de Gestión del Lobo, elaborado por el Gobierno de Cantabria, se encuentra sometido a exposición pública desde el pasado día 3, tras la publicación en el BOC del correspondiente anuncio, que da 20 días para que puedan ser presentadas alegaciones.

El Plan pretende fijar «las directrices, medidas y actuaciones para conservar y gestionar las poblaciones de lobo en todo el territorio de la Comunidad Autónoma, asegurando su compatibilidad con el desarrollo socioeconómico del medio rural en general y, especialmente, con la ganadería extensiva, favoreciendo su puesta en valor como elemento clave de la biodiversidad de la región». Se quiere «mantener la población del lobo en Cantabria en estado de conservación favorable» al tiempo que se minimiza «la conflictividad generada por los daños que ocasiona la especie a la ganadería extensiva mediante la implantación de medidas preventivas y compensatorias y el control de ejemplares en función de la cuantía y recurrencia de los daños, de la evolución de la población y de la zonificación que establece el Plan de Gestión».

A este respecto, en función de la mayor o menor presencia del lobo, se establecen tres zonas quedando Liébana integrada en la "Zona 1", que es en la que hay actualmente presencia permanente de la especie, con grupos con crías, y «Tiene una elevada densidad de ganadería extensiva, extensas áreas escasamente humanizadas y con abundancia de presas silvestres. Los daños son frecuentes, con incidencia variable según los años considerados».

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Para lograr sus objetivos, el plan prevé directrices para medidas preventivas y compensatorias (una de ellas, por ejemplo, la mejora de «la actual política de indemnizaciones por daños de lobo a la ganadería mediante el establecimiento de mecanismos que agilicen al máximo la tramitación y el pago, incorporando metodologías y protocolos que simplifiquen los procedimientos para los afectados, teniendo en cuenta la dificultad de peritación por, entre otras razones, la desaparición de los restos del ganado muerto debido a la acción de carroñeros o los ataques realizados por otros cánidos»). Otras directrices son para el control de ejemplares del lobo; para el control de su mortalidad ilegal; para la investigación y el seguimiento; para la comunicación y sensibilización; y para la coordinación y participación pública.

Entre las medidas que se prevén destacamos que «En el plazo máximo de tres meses desde la entrada en vigor del Plan de Gestión, la Consejería competente publicará el baremo de indemnización por los daños causados a la ganadería en el que se reflejará la valoración de las diferentes especies, razas y variedades de ganado, a efectos de indemnización por los daños y perjuicios causados por el lobo. La valoración podrá ser incrementada anualmente en una cantidad equivalente al IPC del año anterior o revisada en función de la variación de los precios del mercado ganadero».

Se anuncia otra medida, ya esbozada por la Unión Europea hace años, que puede ser muy positiva para la ganadería extensiva: el «pago por servicios ambientales dirigido a las explotaciones profesionales de ganadería extensiva que contribuyan a la conservación de la biodiversidad». Este pago, independiente de las compensaciones por daños, podría estar supeditado «a la aplicación de medidas preventivas de los ataques de lobo e incluir criterios de ponderación, tales como la zonificación del Plan de Gestión, el tipo de ganado o su ubicación en un espacio natural protegido, entre otros».

Entre las medidas de control de ejemplares figura la de que cada año, antes del 1 de agosto, se fijará el «cupo de extracción de ejemplares de lobo» hasta el 31 de julio siguiente, cupo que no podrá superar el 20% de la población estimada de lobos.

Para ser conscientes de la importancia de los daños causados por la especie se recogen los datos de los últimos años. Desde 2015, 2.700 cabezas de ganado han sido reconocidas como muertas por los lobos. De promedio se tramitan cada año 482 expedientes que incluyen las muertes de 282 ovejas, 191 caballos, 131 vacas y 70 cabras. Los ganaderos afectados de media son 237 al año y los importes que, en compensación, han sido abonados por la póliza de seguros del Gobierno, ascienden a 176.298 euros/año.

El lobo es una especie en expansión en Cantabria, como lo reconoce el Plan, que constata que de cinco manadas existentes en 1995 se ha pasado a unas 15 en 2018.

Esta es la segunda vez que el Plan de Gestión del Lobo es sometido a información pública. Anteriormente ya se hizo en 2016 sin que entonces llegara a aprobarse, cosa que podría repetirse en esta ocasión teniendo en cuenta que, una vez termine el plazo de exposición pública, tienen que estudiarse todas las alegaciones que se presenten y que la legislatura termina en mayo.


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Sobre el Plan del Lobo (21/12/2015)


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