Noticias de Liébana


María Gómez Bedoya, una lebaniega con espíritu internacional

29/05/2016

Circula por la comarca de Liébana la creencia de que "no existe lugar del mundo donde vayas y no te encuentres con algún lebaniego". No sabemos si el dicho se cumplirá en toda su extensión, pero lo que si tenemos claro es que la protagonista con la que hablamos en Potes en esta jornada de sábado, con amenaza de tormenta desde primeras horas de la mañana, es de las que hacen que ese pensamiento fortalezca la regla, porque su espíritu inquieto por lo internacional, a pesar de su juventud, está fuera de toda duda.

Imagen

Nacida en la localidad de Los Llanos, Camaleño, hace 34 años, sus padres, Miguel Ángel Gómez y Marisa Bedoya, y su hermana Laura, vieron pronto como María abandonaba el nido familiar para buscarse la vida fuera de la comarca. Antes, lleva a cabo sus estudios de Primaria, Secundaria y Bachillerato en la villa de Potes, en el actual CEIP “Concepción Arenal” y en el IES “Jesús de Monasterio”. "Una etapa de mi vida que no olvidaré jamás. La recuerdo con un inmenso cariño, mis vivencias fueron muchas y muy gratas. Tuve la suerte de formar parte de una gran promoción en todos los aspectos, los compañeros y el profesorado tuvieron mucho que ver en ello. Entre los compañeros existía una compenetración increíble, nos ayudábamos unos a otros y siempre estábamos para lo bueno y para lo malo. En cuanto al profesorado todo era muy familiar, en todo momento se mantenían pendientes de nosotros, atendían con gran dedicación y cariño todas las dudas que les planteábamos y nos dirigían siempre por la buena senda con buenos consejos que intentábamos seguir hasta lo que la edad nos permitía, pero visto lo visto parece que no lo hicimos del todo mal si echamos la vista atrás. De hecho mi vocación nació aquí orientada por el profesorado básicamente".

Nos sigue contando que también tiene que ver en todo ello la ventaja de estar en un lugar como Potes, "un pueblo pequeño donde todos nos conocíamos y donde cualquier problema que se tenía era muy difícil de ocultar, todo se sabía y pronta era la actuación de profesores y padres para resolverlos".

Terminada esta etapa, llega la hora de la verdad y María Gómez Bedoya elige para comenzar su andadura fuera del manto hogareño la Universidad de Nebrija. Antes, aún en Potes y cuando aún "no sabía qué hacer, había visto en una revista de la biblioteca del IES una carrera que me llamó la atención: Lenguas Aplicadas, cuya equivalencia era Filolología Inglesa, decidiéndome por esta última. Como el tercer año no existía en Nebrija, me marché a Canadá y allí empecé a tener contacto con el español como lengua extranjera, una experiencia tremendamente positiva. Cuando volví, hice prácticas en el Hotel Gran Meliá Fénix en Márketing, todo marchaba sobre ruedas porque estudiaba y trabajaba a la vez. Realizo un Máster de Enseñanza del Español como Lengua Extranjera a través de Internet, porque me doy cuenta que me encuentro más cómoda enseñando español que inglés, y las experiencias siguen ya que con una beca Fulbrigth me marcho a EEUU a enseñar español en una universidad donde se forman agentes de la CIA y del FBI. Encontré muy buen ambiente a pesar de haber gente de muchos lugares del mundo, una de las comunidades más extensa era la japonesa, congenié muy bien con ellos y decido irme de vacaciones a su país y pronto me enamoré del país, de la gente y de su forma de vivir". La suerte, que siempre hay que buscarla, se alió entonces con María ya que había solicitado un trabajo coincidiendo con la apertura del Instituto Cervantes en Japón y lo consiguió. Tras dos semanas en España para despedirse de la familia y amigos, María embarca rumbo a Japón sin tener ni idea del idioma., por eso al principio "lo pasé regularcillo ya que me instalé en un pueblecito muy pequeño cerca del monte Fuji del tamaño de Potes, donde solamente los compañeros hablaban inglés. Como anécdota te diré que iba al supermercado y no distinguía el lavavajillas del champú, tenía que señalar las cosas para que me las pudieran dar. Fue un choque grande que superé como buenamente pude. Pronto me fui a Tokio y empecé a trabajar en el Instituto Cervantes y allí sí estudié el idioma cuatro horas diarias donde había también estudiantes chinos."

Por si fuera poco el ajetreo de nuestra protagonista, aún habría más sorpresas en su discurrir por territorio japonés, sorpresas en forma de formato televisivo. "Hubo una especie de casting en el Cervantes de la TV pública donde buscaban posible profesores para enseñar español en uno de sus canales. A uno de mis compañeros y a mí, nada más vernos, nos dijeron que teníamos cara de profesores, que era el perfil que estaban buscando y que quedábamos contratados. Nueva experiencia interesantísima ya que te das cuenta de la facilidad del japonés a la hora de aprender español". Nos interesamos por la cultura japonesa y María contesta con celeridad, sin pensar nos dice que es "totalmente diferente a la nuestra, son personas muy bien organizadas, respetuosos hasta límites que no puedes imaginar, puntuales al segundo y con unos valores que difícilmente se pueden apreciar a simple vista en la cultura nuestra. Al profesor por ejemplo casi se le idolatra, en los centros escolares no existe el personal de limpieza, los propios alumnos la realizan.… te contaría y no terminaría.".

Tras superar la oposición en el Cervantes y tras tres años y medio en Japón, María decide probar en otro país y marcha a Brasil donde, también en el Instituto Cervantes, permanece otros cuatro años y medio. Los brasileños, nos dice, "son otra cosa. Viven al día, son optimistas, irradian alegría y no se lamentan, simplemente viven una jornada esperando la siguiente sin más".

. Como final.. de momento, nuestra protagonista aprovecha la oferta de una plaza de profesor de inglés en Londres, la solicita y la consigue después de superar los 117 curriculum de personas que también la quieren. Previa excedencia en el Cervantes, viaja a Inglaterra donde ya lleva año y medio.

¿Volverás a España?, le preguntamos directamente, y directamente, sin meditarlo mucho nos dice "que todo puede ser, pero no de momento. Tengo claro que mi final lo deseo pasar en mi tierra porque echo de menos a mi familia y los Picos, en Inglaterra aún no he visto montes puntiagudos, todos son planos, pero para eso aún queda", se ríe al decirlo.

Pero y tu familia, ¿Cómo asume esta vida tan internacional que llevas? "Pues muy bien, ellos me ven contenta, sabiendo que hago lo que me gusta y además estando bien. Las nuevas tecnologías, con las que puedes verte y hablarte a diario, hacen el resto para mitigar al menos las nostalgias de unos y otros. Está claro que, egoístamente, les gustaría que estuviera más cerca, pero nunca han sido egoístas y me han apoyado siempre en todo".

Despedimos a esta lebaniega internacional con un hasta pronto, pero antes le sugerimos algún consejo para los estudiantes del IES de Potes del que guarda tan buenos recuerdos. Y, como persona con inteligencia y formación abundantes, nos sorprende con una frase que escuchó una vez al cocinero Martín Berasategui: "Lo que hay que hacer es pasarlo bien, dedicarse en cuerpo y alma a lo que te gusta, y ser generoso en el esfuerzo, que la vida es más sencilla de lo que parece y lo que hace falta es mucho tesón y mucha perseverancia en lo que te gusta". Pues más escueto y con más contenido, que alguien lo mejore.

Informa Pepe Redondo.

Enlace relacionado: María Gómez Bedoya, lebaniega, del Instituto Cervantes, dio unas conferencias en Potes.


Compartir en Imagen Imagen

También en esta sección: