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Un lebaniego en el equipo de un tratamiento para frenar la artrosis

28/06/2015

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Un lebaniego en el equipo del Instituto de Investigación de la Fundación Jimenez Díazque descubre un tratamiento capaz de frenar el desarrollo de la artrosis. Se trata de Rodolfo Gómez Bahamonde. hijo de Rodolfo Gómez de la Torre, del valle de Bedoya.

Recientemente saltaba la noticia en los medios especializado: "un compuesto, derivado del jengibre podría frenar el desarrollo de la artrosis". El Descubrimiento ha sido posible gracias a un equipo del Instituto de Investigación de la Fundación Jimenez Díaz y del Servicio de Reumatología de este hospital madrileño. Precisamente uno de esos miembros de dicho servicio es un investigador de origen lebaniego que ya tiene cierta "experiencia" en este campo de la investigación, puesto que en el 2010 también contriuyó al hallazgo de un "remedio" contra la artrosis en un componente del aceite de oliva virgen.

Se trata de Rodolfo Gómez Bahamonde, nacido en Santiago de Compostola, donde trabajaba su padre por entonces, pero de raices profundas lebaniegas y que visita la comarca con cierta frecuencia. Su padre, Rodolfo Gómez de la Torre, su abuelo Fidel Gómez Caviedes, del Valle de Bedoya y su abuela Plácida de la Torre Prieto, de la localidad de Obargo, Pesaguero, son suficientes raices para que "Rudy" se sienta lebaniego.

Estudió en el Colegio Puente III de Astillero, IES de Astillero, es Licenciado en Farmacia por la Universidad de Santiago de Compostela y doctorado Cum Laude con excelencia por la misma universidad, en Medicina Molecular. Fue premio Joven Investigador del año en el Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela. Postdoctorados en Madrid y en Newcastle (Reino Unido).

A través de videoconferencia ALERTA ha mantenido una ilustrativa charla con la que intentamos que, a partir de hoy, "Rudy" sea más conocido en "su" tierra, aunque es persona a la que le gusta la "tranquilidad, trabajar sin hacer ruido y siempre compartir los logros con mi equipo". Hasta llegar aquí, sus pasos "han sido guiados por mis necesidades formativas. A los 18 años dejo Cantabria para estudiar Farmacia en Santiago de Compostela donde también realizo el doctorado en medicina molecular. Después de una etapa científica muy productiva en el instituto de investigaciones sanitarias de Santiago de Compostela, donde descubrimos las propiedades anti-inflamatorias y anti-tumorales de un compuesto presente en el aceite de oliva virgen, realizo un postdoctorado en Madrid en el instituto de investigación de la Fundación Jiménez Díaz. En este centro dirijo el trabajo de investigación que ha llevado al hallazgo del compuesto con potenciales propiedades anti-artrósicas. A continuación y con el objetivo de ampliar los límites de mi conocimiento me traslado a Newcastle ( Reino Unido), donde he estado trabajando hasta la fecha como investigador asociado en la universidad de Newcastle. Actualmente estoy inmerso en el proceso de retorno a España".

P..- Señor Gómez Bahamonde, un Lebaniego, destetado en Santiago de Compostela, criado en Astillero y ejerciendo su profesión en Santiago, Madrid e Inglaterra, eso es no pararse quieto ¿no?.

R.- Aunque es duro dejar atrás amigos y familia, tanta movilidad ha hecho que atesore y valore todas las vivencias que he ido adquiriendo, en uno y otro sitio de mi vida, si no, todo lo demás sería estudio y laboratorio. Mis ratos con mis amigos Josito y Vanesa en Astillero; los chapuzones desde el puente del Sor en Barqueiro, las excursiones a la Braña de los Tejos (no hay cosa mas bonita), las noches de Universidad, etc. La verdad es que no visito Liébana todo lo que quisiera, por amargo que resulte, siempre tienes que dejar algo en el camino. Por suerte yo me he llevado a mi mujer y mis niñas conmigo. Bueno, de hecho, la pequeñita incluso ha nacido en Newcastle. Cuando me entra la nostalgia, mi hermana me envía una foto de Peña Prieta, o de la Ventosa, o de los hayedos de Bedoya, la pongo de salva pantallas y es como volver a Liébana y a Cantabria otra vez.

P.- Pero, cuando uno está fuera, ¿qué siente nostalgia o morriña?

R.- ¡ Ja ja ja! La verdad que las dos cosas, porque como bien dice Juan Álvarez Lombraña, buen amigo de mi padre, los lebaniegos y los gallegos se parecen, todos sienten esa melancolía cuando dejan su tierra, así que a mí me toca por los dos lados.

P.- Desde cuando la "vena" investigadora sabiendo lo difícil que resulta ser investigador en España?

R.- Bueno lo difícil del camino no lo sabes cuando te entregas a ello, te vas enterando luego, y por supuesto es vocacional. No obstante, aunque el interés por la ciencia me viene desde pequeño, la vocación cristaliza en el momento en el que obtienes tus primeros resultados y ves que eres el pionero en descubrir un mecanismo biológico o la acción de un nuevo fármaco. Es algo que no se olvida jamás y que se convierte en una droga. Una cosa es segura en este trabajo y es que el que no sienta los colores, que se dedique a otra cosa. Esta no es una profesión de estrellas, es una profesión de entrega. Tus goles no se cantan en las gradas, se cantan junto a tus compañeros de equipo en las mejoras que ves para el ser humano. Es un tanto filantrópico el concepto, pero es algo que en un laboratorio compartimos todos.

P.- ¿Cuántos miembros componen en estos momentos el equipo que está trabajando en este descubrimiento en la Fundación Jiménez Díaz y qué perfil tienen?. Y cual era su función en el equipo?

R.- Aunque el número de miembros del equipo de investigación de Reumatología de la Fundación Jiménez Díaz supera la decena; en este proyecto estuvimos directamente involucrados 4 miembros. El perfil del equipo es multidisciplinar con clínicos, biólogos, bioquímicos y farmacéuticos. En el grupo de investigación se desarrollan diferentes líneas de investigación sobre la artrosis, así como sobre otras enfermedades reumáticas. Estas líneas están dirigidas por diferentes miembros del equipo. Concretamente, yo he sido el director de la línea de investigación que ha llevado a obtener estos resultados.

P.- Descríbanos lo más breve que pueda ¿en qué consiste esta investigación? cómo se llega hasta el derivado del Jengibre "culpable" del descubrimiento.

R.- Actualmente no existe un tratamiento eficaz para la artrosis y los tratamientos que existen son sintomáticos, es decir, tratan básicamente el dolor. De hecho poco hemos avanzado desde 1743 cuando Willian Hunter, un médico real británico, dijo "un cartílago ulcerado es un problema molesto y una vez destruido no se repara jamás”". Considerando que esta verdad sigue vigente decidimos hacer un cribado de compuestos naturales que tuvieran múltiples acciones en diferentes tejidos articulares, típicamente alterados en la artrosis. En esta búsqueda encontramos un principio activo en el jengibre que poseía la capacidad de bloquear procesos, inflamatorios y degradantes, asociados a la artrosis.

P.- Todos tenemos un primer momento ¿Un día decide usted que es el campo de la reumatología el que le llama?

R.- No exactamente, lo que me llamó fue un proyecto en concreto, que fue sobre el que realicé mi tesis doctoral. A medida que desarrollaba el proyecto me fuí sumergiendo en el tema y fue cuando me di cuenta que el campo de la reumatología era apasionante.

P.- ¿Dónde se encuentra en estos momentos y qué "consecuencias" tendrá para los innumerables enfermos de artrosis?

R.- Actualmente hay una empresa farmacéutica española interesada en el desarrollo de este principio activo. Falta repetir los experimentos en animales e iniciar las pruebas en humanos. Dados los mecanismos de acción de este compuesto, y si todo sale como esperamos, estaríamos ante un fármaco capaz de frenar el desarrollo de la artrosis.

P.- Todos somos conscientes de la dificultad por la que se atraviesa en el campo de la investigación debido a la falta de financiación. ¿Tienen ustedes ese problema en la Fundación o disponen de todo lo necesario para poder seguir avanzando?

R.-Por desgracia el problema de la financiación es un mal endémico en nuestro país y más aún en nuestro campo. Pese al apoyo claro y contundente de la fundación a la investigación los recursos de los que disponemos son insuficientes. Ciertamente, es una lástima ver los avances que se dejan de conseguir por estos motivos.

P.- Si es así, ¿para cuándo verá el potencial paciente que sufre estas enfermedades la posibilidad de "pararlas" con la aplicación del medicamento que resulte finalmente de sus trabajos?

R.- Eso es muy difícil de decir. Hay muchas variables a tener en cuenta que son difíciles de cuantificar. Aunque los estudios en animales realizados hasta la fecha son prometedores habrá que esperar a tener los resultados en humanos para poder sugerir una fecha.

P.-Llegar a conclusiones de este tipo supondrá mucho tiempo, ¿de cuanto estaríamos hablando?.¿Qué grado de satisfacción se puede sentir cuando se llega a buen término?.

R.- A la hora de hablar de plazos siempre estamos en arenas movedizas. Según la industria farmacéutica, la media de tiempo que se emplea en desarrollar un fármaco, desde que se diseña hasta que se comercializa, es de unos 20 años. Este es un proceso largo pero necesario ya que los nuevos fármacos deben pasar por unos controles exhaustivos antes de llegar al público. La satisfacción experimentada tras obtener buenos resultados es máxima ya que sabes que con tu trabajo puedes estar ayudando a muchísimas personas, o al menos generando conocimiento, para que los que vienen detrás lo hagan por ti.

P.- Un investigador, ¿puede vivir hoy en España de su trabajo?

R.- Sólo unos pocos, y con sueldos que no están a la altura del esfuerzo económico, académico, familiar y personal que ha requerido su formación previa. De hecho, salvo determinados contratos de estabilización, el sueldo es comparable al de puestos de trabajos que no exigen ningún tipo de preparación académica.

P.- ¿Qué le diría a un chico o chica de Liébana de 14 años que vive en un ambiente rural con pocas opciones formativas al margen del Centro Educativo en el que estudia, que no sepa si quiere seguir estudiando o no?

R.- Lo mismo que le digo a mi sobrina y le diré a mis hijas, que son bebés hoy, el día que crezcan. Cuanto más sepas más libre serás, menos fácil será el engañarte, o manipularte. Al fin y al cabo uno es lo que tiene en la cabeza. No importa lo duro o rollo que te parezca el instituto, a todos nos ha cansado en uno u otro momento, pero a la vuelta de la esquina empezarás a usar las cosas que te enseñan y verás que ya no son tan pesadas. En este sentido mi consejo, independientemente de lo que vayan a estudiar el día de mañana, es que además aprendan a programar. Si es posible múltiples lenguajes de programación. La gente no es consciente de lo importante que es esto. Te puede abrir las puertas a nivel internacional, te puede ayudar en cualquier trabajo que desempeñes y tiene la ventaja de que puedes trabajar a distancia. Por ejemplo sin dejar Liébana.

P.- A diario podemos leer y oír en los medios de comunicación la "diáspora" que sufre esta profesión. ¿Hay poco, mucho o nada de cierto en estas noticias?, si es cierto, ¿cómo se explica que una buena parte de los impuestos del contribuyente que van a la formación de investigadores, cuando están preparados para realizar su trabajo han de salir del pais porque aquí no encuentran donde llevarlo a cabo?

R.- Esa pregunta también me la hago yo. Esto en el futbol sería impensable, imagínese un jugador como Iniesta o Xavi que se forman en la cantera y cuando están a pleno rendimiento y valen millones de euros los dejas ir a otro club de futbol gratis. La diáspora es un hecho y más grande de lo que sale en los medios de comunicación. De hecho, todos mis compañeros de doctorado están actualmente en el extranjero. Algunos probablemente ya no volverán. Allí son jefes de grupo y líderes en su campo y aquí se exponen a un futuro incierto, con precariedad laboral, sin financiación para investigar y con poco reconocimiento.

P.- ¿Cómo se lleva el entrar a trabajar en un equipo inglés, tras haber trabajado y desarrollado ya descubrimientos en España? A la fuerza tiene que ser muy diferente.

R.- Al principio cuesta un poco adaptarse ya que las costumbres y el idioma son diferentes, pero al cabo de un tiempo ya eres uno más del equipo. El ambiente de trabajo era muy bueno y productivo. Valoran mucho la formación previa y las ideas que aportas, además saben integrar muy bien tus capacidades al equipo. Una cosa que me sorprendió gratamente fue el apoyo social tan grande que hay para la investigación. De hecho, en nuestro grupo varios de nuestros proyectos de investigación, e incluso algunos contratos estaban financiados por el dinero que aportaban varias ONGs y las colectas de la gente. Esto es algo que aquí deberíamos aprender. Si todos pusiésemos un "eurito" al mes para investigar se podrían hacer tantísimas cosas. En general mi estancia allí ha sido muy satisfactoria, y eso que no tienen queso Picón! ja ja ja. Y lo primero que le pedí a mi madre cuando vino a verme, fue que no se olvidase de traerme un borono de María Gutiérrez, de Tama.

P.- ¿Qué le parece si finalizamos mandándoles a sus paisanos algún mensaje, relacionado o no con este importante descubrimiento.

R.- No importa donde vivas, en una montaña, en un valle, en un rascacielos. La capacidad para innovar y brillar en nuestros respectivos campos la tenemos. Solo necesitamos creérnoslo. Debemos pensar en a dónde queremos, ir y no dejar que la corriente nos arrastre. Hoy descubrimos un principio activo nuevo mañana otro niño lebaniego desarrolla un software que revoluciona internet, ¿Y por qué no?

Informa Pepe Redondo.


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