Especiales

LIÉBANA Y LA MONARQUIA ESPAÑOLA

En el momento en que un nuevo rey, Felipe VI, accede al trono de España, no está de más recordar los vínculos de la monarquía española con Liébana. Y es que hay quien sostiene que el actual rey desciende de la Casa de Cantabria, con origen en Liébana. Véamoslo.

Hay que remontarse para ello hasta el siglo VIII, en tiempos de la invasión musulmana de la Península Ibérica, de la que solo se libran, fundamentalmente, parte de Asturias y Liébana. La proclamación de Pelayo como primer rey de estos núcleos de resistencia, que tomarán el nombre de Reino de Asturias, marca el comienzo de una dinastía, aunque en aquellos primeros años no era hereditaria sino electiva. Ya de Pelayo hay tradiciones que aseguran su condición de lebaniego, precisándose incluso su origen en Cosgaya, pero es algo que no se puede aseverar.

A Pelayo, rey entre los años 718 y 737, sucedió su hijo Fávila, muerto dos años después en una cacería –según algunas leyendas, en el monte de La Calavera en Cosgaya; otras ubican su muerte en Asturias-. Entonces es elegido como rey Alfonso I, casado con Ermesinda, hija de Pelayo. Alfonso I era hijo de Pedro, Duque de Cantabria. Sus descendientes son los que, según cuentan varios historiadores, llegarían hasta Felipe VI y es que, cuando ha habido algún cambio de dinastía en España, siempre ha habido un nexo con la anterior.

Ocurrió cuando falleció sin descendencia Alfonso II El Casto en el año 842, con quien acaba la línea directa que venía de Pelayo y la Casa de Cantabria. Su sucesor fue Ramiro I, hijo de Bermudo, que era nieto, por otra rama de Pedro, Duque de Cantabria. A partir de Ramiro I, los sucesivos descendientes mantienen el trono en la línea del Duque de Cantabria hasta el año 1037, en el que murió sin descendencia Bermudo III. Sin embargo, el nuevo rey, que lo es ya de Castilla y de León, que procede de la dinastía navarra, es Fernando I, casado con Sancha, la hermana de Bermudo, descendiente, por tanto, también de la Casa de Cantabria.

Ocurrió también a la muerte de Pedro I El Cruel en 1369, a quien sucede Enrique II, con quien comienza la dinastía Trastámara. Pero Enrique era hijo bastardo de Alfonso XI, padre de Pedro I, con lo cual mantenía en su ascendencia a los Duques de Cantabria.

También en la llegada de los Austrias al trono de España, con Carlos I, hubo un nexo con lo anterior, no en vano su madre Juana era hija de Isabel la Católica, descendiente de los Trastámara, como también se mantuvo el nexo con la llegada del primer Borbón, Felipe V en 1700, que era sobrino-nieto de su predecesor en el trono, Carlos II. Desde ese primer Borbón se han sucedido unos cuantos más hasta la llegada al trono de Juan Carlos I y ahora Felipe VI, pero, como vemos, son ya 1.300 años en los que el trono ha pasado por descendientes, más o menos directos, de Pedro, Duque de Cantabria, y su hijo Alfonso I de quien, autores como Ildefonso Llorente o José Ramón Saiz, han sostenido su condición de lebaniegos.

De este último se pueden leer, por ejemplo:

Historia de la dinastia cántabra I.

Historia de la dinastia cántabra II.


VISITA A LIÉBANA EN 1999

"Su Alteza Real D. Felipe de Borbón, futuro Rey de España, visitó el Monasterio de Santo Toribio de Liébana el pasado día 23 de septiembre de forma oficial dentro del viaje que el futuro monarca realizó a la región de Cantabria de tres días de duración. D. Felipe, dos días después, en visita privada, volvió a la comarca de Liébana, concretamente al Parque Nacional de Picos de Europa.

El día 23 el helicóptero que transportaba a D. Felipe y sus acompañantes entre el que se encontraba el Presidente de Cantabria Martínez Sieso y el Delegado del Gobierno, aterrizó en el aparcamiento del Monasterio. Allí fue recibido por el Sr. Alcalde de Camaleño, Don Jesús Celada, el cual fue el encargado de hacer las presentaciones, en primer lugar al Sr. Obispo, Don José Vilaplana y al Prior del Monasterio, todos juntos fueron saludando a las autoridades civiles, militares, la Orden Franciscana y el Presidente de la Cofradía de la Santísima Cruz D. Manuel Bulnes. Al ser una visita Religiosa llamó la atención la ausencia del Clero lebaniego y sí sobraban unas señoras que se encontraban en las escaleras de la tienda que daban la impresión de las clásicas cotillas del pueblo, incluso una de ellas vestía una bata de casa. Seguir leyendo Luz de Liébana aquí.


Otros repor de VL: