Noticias de Liébana


PLAN DE RECUPERACIÓN DEL UROGALLO CANTÁBRICO

marzo de 2013
El Gobierno de Cantabria ha dado a conocer el borrador sobre el que está trabajando del Plan de Recuperación del Urogallo Cantábrico. Se parte del hecho de que, en Cantabria, solo se han localizado en 2012 cuatro machos de la especie en dos zonas de canto, una en Camaleño-Vega de Liébana y la otra en Tresviso. Hembras de la especie se han visto en los últimos años en otras zonas, como Cabezón de Liébana, Polaciones o Saja, pero ello se debe a la dispersión causada al quedar deshabitadas las áreas de canto. En 1982, cuando comenzaron a realizarse estimaciones poblacionales, había entre 13 y 21 ejemplares.

Como causas de esta decadencia de la especie, considerada "en peligro de extinción", se habla de "causas globales, como es el cambio climático, que pueden afectar a toda la metapoblación cantábrica, y una serie de factores locales que pudieran haber afectado a la especie como son la modificación del hábitat por ungulados silvestres, los efectos antagónicos de la evolución del medio forestal sobre la calidad del hábitat debido al abandono del medio rural, el efecto de los depredadores oportunistas sobre la población de urogallo, las molestias durante el celo y, como consecuencia, la nula tasa de reclutamiento juvenil".

El Plan, que tiene vigencia indefinida y se revisará cada cinco años, pretende:

• Favorecer el éxito reproductor y la supervivencia de los adultos.
• Preservar la conservación de las características taxonómicas propias del urogallo.
• Colaborar en el establecimiento de un programa de cría y la creación de una reserva genética.
• Garantizar la conservación de los hábitats favorables.
• Promover actuaciones de restauración y mejora del hábitat.
• Asegurar la conectividad entre núcleos de población.
• Aumentar el conocimiento sobre la especie y su hábitat.
• Incrementar la conciencia social y la participación pública respecto a la conservación de la especie.

Como indicadores de los buenos resultados del Plan se fijan superar los 20 ejemplares e incrementar el número de cantaderos respecto a los existentes en 2012.

El ámbito de aplicación del Plan abarca cuatro zonas de los términos de Tresviso, Peñarrubia, Camaleño-Vega de Liébana y Polaciones-Palombera-Bárcena Mayor, que suman una superficie total de 25.153 hectáreas. Sin embargo, como zonas críticas, vitales para la supervivencia de la especie, se fijan 947 Ha. de Tresviso, 828 de Camaleño (entre Las Ilces y Cosgaya) y 625 de Vega de Liébana (en la cabecera del Quisiesa, por la zona de Ledantes). Se pueden ver en el mapa.

Las medidas protectoras aplicables en todo el ámbito de aplicación incluyen que se evitará la construcción de nuevas carreteras o pistas, de instalar tendidos y, en general, de “cualquier actividad que pueda repercutir de forma negativa tanto en el hábitat como en la población de urogallo”. Se prevé la posibilidad, incluso, de eliminar, de acuerdo con las entidades afectadas, alguna de esas instalaciones que exista en la actualidad y no tenga utilidad evidente. En cuanto al uso de las pistas, se mantiene para las actividades ganaderas, agrícolas y forestales, si bien se estipula que, excepcionalmente, en situaciones especiales, "podrán establecerse cuantas restricciones de tránsito por las pistas forestales y de desarrollo de actuaciones públicas o privadas sean necesarias para asegurar la conservación de la especie".

En las áreas críticas de Tresviso, Camaleño y Vega de Liébana, se prohíbe:

• La construcción de nuevas carreteras, pistas o caminos.
• La instalación de tendidos eléctricos y telefónicos aéreos.
• La realización de actividades extractivas a cielo abierto de cualquier tipo.
• La realización de instalaciones y actividades recreativas turísticas de carácter masivo incompatibles con los objetivos de este Plan de Recuperación.
• La construcción de minicentrales o aprovechamientos hidroeléctricos.
• La construcción de vallados incompatibles con la preservación de la población de urogallo.
• Actuaciones que supongan una transformación sensible de la realidad física y biológica que pueda llegar a hacer imposible o dificultar de forma importante la consecución de los objetivos del presente Plan de Recuperación.
• La práctica de la caza menor y el adiestramiento de perros de caza.

• Con carácter general, entre el 15 de diciembre y el 31 de julio quedan suspendidos en las áreas críticas, salvo informes favorables del Órgano gestor del Plan:

a) Las actividades sometidas al procedimiento de impacto ambiental que se lleven a cabo en el ámbito de aplicación del Plan de Recuperación de Urogallo en Cantabria, salvo que el preceptivo informe del Servicio de Conservación de la Naturaleza sobre la afección a la población de esta especie y su hábitat, diga lo contrario.
b) La utilización de biocidas.
c) La realización de proyectos constructivos que pudiesen afectar a la zona.
d) La ejecución de actuaciones de gestión forestal.
e) La realización de batidas de caza mayor, salvo en aquellos casos en que existan circunstancias que aconsejen intervenir.
f) El tránsito con vehículos a motor.
g) Cualquier otra actividad que pueda suponer un deterioro significativo sobre la población de urogallos y su hábitat.

En el proyecto de Plan se regula el tránsito por las pistas de circulación restringida, incluyendo las autorizaciones que se conceden, y se fijan medidas de actuación tanto para conservar la especie como su hábitat, estableciendo medidas para la conciliación de los usos tradicionales y recreativos con la conservación de la especie. También hay medidas para realizar investigación sobre la especie y para sensibilizar a la población sobre la importancia de la conservación de la especie.

Finalmente, en los anexos, se incluyen mapas, como el aquí reproducido, se relacionan las pistas afectadas y se hacen estimaciones del costo del Plan en sus primeros diez años, con cantidades por encima de los 200.000 € anuales (285.000 el primer año).

El Plan, recordamos, de momento no es sino un borrador sujeto a cambios, y, probablemente, teniendo en cuenta su coste y la actual situación económica, tarde en ponerse en práctica, lo que no deja de ser preocupante teniendo en cuenta que, si se demora mucho, puede que ya no quede ninguno de los cuatro ejemplares existentes. Una manera de reducir su coste podría ser coordinar actuaciones con las que se realizan para la conservación de otras especies como el oso pardo.

Quien desee puede leer todo el borrador del Plan.


Noticia relacionada: El Gobierno invierte más de un millón de euros hasta 2014 en un programa dedicado a la conservación del urogallo




También en esta sección: