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Centenaria en Campollo

10/07/2010

Isabel Fernández cumple 100 años y su pueblo natal la nombra 'vecina de honor'

¡Pulse, para ampliar! La comarca de Liébana cuenta con una nueva centenaria. Isabel Fernández Fernández, natural de Maredes (Campollo), en el municipio de Vega de Liébana, cumplió 100 años el pasado jueves. Rodeada de su hija, Elsa, sus nietos y biznietos, Isabel celebró su cumpleaños en el transcurso de un acto en el que también la acompañó el presidente de la Junta Vecinal de Campollo, Julián Torre, que la hizo entrega de un bonito ramo de flores, y de una placa con la siguiente inscripción: 'El pueblo de Campollo nombra vecina de honor a Isabel Fernández con motivo del centenario de su nacimiento'.

Isabel, nació en el pequeño barrio de Maredes (Campollo) al pie del monte Viorna, el 8 de julio de 1910. Su padre, Raimundo, se casó en segundas nupcias con su madre, Fermina. Su padre ya tenía tres hijos de su anterior matrimonio, e Isabel fue la única hija de su segundo matrimonio. Isabel, tuvo que trabajar muy duro desde su infancia. Recuerda que «fui muy poco a la escuela de Campollo, que se separaba dos kilómetros de nuestro pueblo. Desde niña, madrugaba para subir con el rebaño de las cabras al monte de la Viorna». Conoce todos sus senderos y rincones.

«Allí, tuve que soportar muchas veces el agua y la nieve, y tener mucho cuidado de que no se acercasen los lobos al rebaño». En Maredes vivían solamente tres vecinos, «la casa de Mariano Rábago, la de Sergio García y la nuestra. Todos teníamos ganado, y se sembraba mucho trigo, patatas, cebollas, judías, y lentejas. Precisamente, las lentejas son el único alimento que se comía por necesidad, pero nunca me han gustado».

Juanín y Bedoya

También recuerda Isabel los tiempos de 'los del monte', cuando Juanín y Bedoya merodeaban por su pueblo. «Había mucho miedo a salir de casa, porque los guardias controlaban mucho la zona. De noche no se podía salir de casa y si algún día te cogía la noche en el monte, había que ir cantando para evitar tener algún problema. De todos modos, nunca se metió nadie conmigo, a pesar de que en más de una ocasión cuando cuidaba el ganado seguro que me estuvieron viendo». Isabel, se casó con Moiséés, vecino de Campollo, y se fue a vivir a dicha localidad. Allí, continuó cuidando el ganado y fruto de su matrimonio nació su única hija, Elsa. «Siempre fui una persona muy reservada y salvo para cuidar el ganado, me gustaba poco salir de casa», dice Isabel, que recuerda que en febrero de 1971 «a mi hija le salió trabajo como auxiliar de enfermería en el Valdecilla y al mes siguiente, todos nos fuimos a vivir a Santander, aunque por el verano me gustaba regresar a Campollo para volver a respirar los aires de Liébana». Allí, en la capital, «mientras mi hija trabajaba, yo hacía las labores del hogar y, durante muchos años, atendí a mi marido, que padecía de una artritis» hasta su fallecimiento en el año 1984".

Aficionada al fútbol

Hogareña, a Isabel la gusta mucho ver la televisión. Los 'telediarios', pero sobre todo los partidos de fútbol, «que desde el primer día que les vi me entusiasmaron». Asegura que su pasión es tal «que cuando estoy viéndoles no se me puede molestar. Ahora, disfruto de la selección española. Espero verles levantar la Copa del Mundo», dice con una gran sonrisa. A pesar de haber sido operada de cataratas, tiene una buena salud, y destaca que «como de todo -menos lentejas- y he sido muy golosa». Ahora, a pesar de que se levanta poco de la cama, todavía disfruta asomándose a la ventana de casa «y viendo pasar a la gente por la calle y a los coches por la carretera». Se siente muy feliz por poder disfrutar de su centenario en compañía de su familia, con sus tres nietos y dos biznietos «a los que adoro». Sin duda, Isabel Fernández Fernández es de esas mujeres lebaniegas, luchadoras y tenaces, que a pesar de la dureza de la vida, y de las pocas oportunidades que la dio una infancia de mucho trabajo, ha sabido salir adelante con gran fuerza y entereza.


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