"Píldoras de Historia"

Las comidas anuales de la Cofradía de Valmayor

Gabino Santos Briz. 14/8/2021

En el Archivo Histórico Provincial de Cantabria se conservan numerosas escrituras relacionadas con la Cofradía de la Virgen de Valmayor, buena parte de las cuales tienen que ver con las comidas que organizaba anualmente. Hay que tener presente que el compartir mesa fue una práctica muy extendida en las cofradías religiosas en la Edad Moderna en lo que se ha entendido como una forma de fomentar la integración y socialización de los hermanos.

En efecto, la Cofradía de Valmayor echaba a remate habitualmente las comidas de cada año y dejaba constancia de las condiciones y el precio acordado en cada adjudicación en la correspondiente escritura, de modo que son muchas las que nos constan desde principios del siglo XVII hasta fines del XVIII, con algunos vacíos como el que tenemos entre 1752 y 1778 que puede ser debido a que por aquellos años, como declararon, según vimos en la entrega anterior en 1771, dejaran de celebrarse.

Ni que decir tiene que en un periodo tan largo los precios y los platos de que se componían las comidas, que normalmente venían especificados en la oferta, variaron mucho. Aquí nos vamos a limitar a ver, a modo de ejemplo, un par de casos, uno de cada siglo.

Foto del libro "Nuestra Señora de Valmayor" de J. M. Lama

La escritura se solía otorgar a fines del año anterior a aquél en que tenían que darse las comidas. Así, la otorgada el 10 de noviembre de 1679 era por las de 1680 y la del 21 de septiembre de 1745, se refiere a las comidas a dar en 1746.

Una primera cosa que contrasta entre ambas es que la de 1680 incluía la comida del día del Corpus, además de las del 15 agosto y su víspera. No sabemos si fue un extra que añadieron los adjudicatarios para conseguir la adjudicación o si era algo habitual por aquellos años que se perdió con el tiempo, limitándose a los días que eran el eje de la Cofradía.

Las ofertas presentadas en ambos años fueron muy diferentes ya que en la de 1680 no se concreta en qué van a consistir las comidas. Tan solo se dice el número de comidas: la del Corpus; la víspera del día de Nuestra Señora de Agosto, comida al mediodía y colación por la noche «y cayendo dicho día en carnal darán a dichos cofrades de almorzar, de comer y zenar»; y el día de Ntra. Sra., también tres comidas. En 1746, en cambio, a lo que se comprometen es a «dar las dos comidas que se acostumbran a la hermita y casa de dicha Cofradía, la una víspera de Nuestra Señora de la Asumpción y la otra comida su día». Aquí, sin embargo, se precisa en qué van a consistir: «lo primero, mantequillas frescas con azúcar, redrojo y o borrega o pelón, si no ubiere uno de otro, estofado de carnero, pollos dos en cada plato, dos libras de carnero, dos de vaca en cada plato con sus garbanzos dibidido el carnero de la vaca, pescado fresco si biniere, queso, fruta, pan, bino frío con niebe, todo con abundanzia».

En la adjudicación de 1746 se especifica que las comidas son «como se ha estilado en dicha hermita y no afuera, parte adonde an de concurrir los hermanos». Sin embargo, «al hermano que se allare fuera de puertos, enfermo o ¿encarzelado? se le a de ymbiar a su casa dos libras de carnero, un pan y una azumbre de bino, y si se allare dentro desta probinzia y no concurriere a dicha ermita no se le a de ymbiar nada».

En 1680 la oferta fue de 17 reales por cada uno de los 38 hermanos; en total, 646 reales. En 1746, «por cada uno de dichos hermanos se a de pagar siete reales menos diez maravedíes» y, además, entregando los mayordomos 38 reales «hemos de dar de comer dichas dos comidas» al cura beneficiado y al capellán, a los mayordomos, al notario, al criado de la Cofradía y al sacristán. Queda de cuenta de los adjudicatarios pagar y cobrar a los hermanos.

En 1745, Manuel de Posada y Andrés Álbarez, mayordomo y teniente de dicha Cofradía, entregaron ya al firmar la escritura 300 reales a los adjudicatarios que fue Francisco de Escandón,a quien avalaron D. Francisco de Salceda Otero, Lorenzo Gómez de la Cortina y Vicente de Cosío, todos vecinos de Potes. En 1680 fueron los hermanos Víctor y Toribio de la Riva y sus mujeres Catalina de la Cuenca y María de Lamadriz, quienes presentaron la oferta que fue aceptada.

Vemos, pues, cómo las comidas que compartían anualmente los hermanos formaban parte importante de la vida de la Cofradía de Nuestra Señora de Valmayor.


También en esta sección: