15/08/2018

A muy poca costa hubiera podido hacerse de esta fiesta una de las más concurridas, alegres y animadas del verano

A ello se presta el sitio y su proximidad a Potes, y en primer lugar la gran devoción que por la Virgen de Valmayor siente no sólo los de Potes, sino también los de los pueblos inmediatos Valmeo, Tudes, Lubayo, etc. que ningún año faltan el día de la fiesta.

Este año el tiempo contribuyó poderosamente, con un día espléndido, a la mayor brillantez de la fiesta.

La mañana se dedicó exclusivamente a la función religiosa. La capilla era insuficiente para contener los numerosos fieles que concurrieron a oir la misa, teniendo que quedarse muchos a la puerta y en el portal de la capilla.

En la misa ofició de preste nuestro digno párroco don Cecilio Fernández Palmero, asistido de don José Mª Martínez, como diácono y de don Isidoro Campillo como subdiácono. Un coro de afinadas y argentinas voces, formado por bellas señoritas y niñas, entre las que recordamos a Dolores G. Enterría, Teresa Palacios, María Huidobro, Refugio Prellezo, Amelita Otero, Mercedes y Carmen Carande, Carlotita Gutiérrez, María y Pilar Ruiz y Amelia Palacios, cantó la misa de Perossi, acompañadas al armonium por el coadjutor don Agapito Fuente.

Después de la misa se celebró la procesión alrededor de la capilla con la veneranda imagen de la Virgen y colocada ésta en un altar adosado a la pared de la capilla, el Padre Ron, dominico, desde un púlpito instalado al aire libre, pronunció un elocuente sermón, que fue escuchado con gran atención e interés por el numeroso público que en los alrededores de la capilla se congregaba.

En el sermón, lleno de bellas y poéticas imágenes, el P. Ron ponderó las gracias y las virtudes de María, Madre de Dios, y expuso a la consideración de sus oyentes las excelencias de esa Señora, y las mercedes que por su mediación podríamos obtener.

Terminados el sermón y procesión cerca de las doce, la gente emprendió el regreso a Potes, excepto unos cuantos que esperaron allí la llegada de las cestas con la comida para dar cuenta de ella a la fresca sombra de los chopos que bordean la orilla de la Riega. Aplaudimos este acuerdo, que encontramos muy razonable. Regresar a Potes a las doce para volver a subir a Valmayor a las tres de la tarde, con el calor que hacía aquel día, y suele hacer casi todos los años, no nos parece conveniente; es, desde luego, más cómodo encargar que suban la comida a Valmayor y comer en el campo a la sombra de los árboles, como se hace en Santo Toribio el día de la Cruz.

Si esta costumbre se generalizara tendría la romería de Valmayor ese mayor atractivo que tiene la de la Cruz.

Por la tarde, después del rosario, se organizó un animado baile en la plazuela, delante de la capilla, a los acordes de la pequeña banda de música que la Comisión organizadora de los festejos había contratado, y que cumplió su cometido a conciencia y a satisfacción de todos.

Los vendedores de dulces y golosinas, de refrescos, de café y de bebidas, que instalaron sus mesas alrededor de la capilla, hicieron su agosto, pues a todas horas veían sus puestos rodeados de parroquianos.

Poco después de las siete de la tarde se inició el desfile, y en animados grupos emprendió la gente el regreso a Potes, entonando por el camino alegres y típicos cantares, cuyos ecos llenaban todos los repliegues del Valle.

La fiesta y la animación continuaron luego por la noche en Potes, donde se organizó un animado baile en la plaza hasta altas horas de la noche a los acordes de la banda de música.

No hubo un altercado o una riña que alterase la placidez de la fiesta, no obstante el abuso que se hizo del vino y alguna que otra merluza de distintos tamaños pescada aquel día.

Por el éxito de la fiesta felicitamos a los organizadores.

Publicado en La Voz de Liébana, 25/8/1918.

Programa de las Fiesta de la Virgen de Valmayor 2018.

Valmayor 2015 con la procesión de subida y la de bajada.

Valmayor 2013.

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