"Píldoras de Historia"

La iglesia de Cobeña cumple 40 años

Gabino Santos Briz. 27/6/2020

El 22 de junio de 1980 el pueblo de Cobeña, uno de los que conforman el Valle de Bedoya, celebró la bendición e inauguración de su nueva iglesia. Según publicó entonces Luz de Liébana, «el sueño dorado de los habitantes de Cobeña de tener nuevo templo, en sustitución del viejo, ya en ruinas» se cumplió aquel día.

Imagen

El templo, obra del arquitecto Antonio Ortega, era descrito en la misma revista, a la que corresponde la imagen, como «una construcción bonita, amplia, de una nave con dependencias para la sacristía, despacho parroquial y una escalera interior en caracol sube al campanario para el repique de las campanas».

Los actos de la inauguración comenzaron a las seis y media de la tarde con la llegada del obispo, Juan Antonio del Val, recibido por el ayuntamiento en pleno, junta vecinal, sacerdotes y numerosos fieles, que desde al menos media hora antes llenaban la nueva iglesia y la explanada contigua. «Revestido de pontifical el señor Obispo procedió a la bendición del templo rezando las preces de ritual propias del caso», detalló Liébana Mensual, que señaló que, en la misa posterior, el «Obispo expuso la significación del acto señalando la importancia del mismo. El templo, dijo, es el lugar donde los católicos se reúnen para orar, sin embargo la Iglesia somos todos y en todos los sitios debemos dejar constancia de nuestra fe».

El obispo agradeció a todos los que contribuyeron a hacer realidad el nuevo templo su colaboración, recordando especialmente a Primo Cuevas Alles, hijo del pueblo residente en Méjico ya fallecido. Este, según Luz de Liébana, dejó dicho antes de morir: «Doy gracias a Dios porque no me he rendido ante el dinero y deseo que después de mi muerte, parte se emplee en beneficio de la iglesia de Cobeña».

Terminada la celebración religiosa, la juventud cantó unos ripios, compuestos por Socorro Ruesga, que comienzan:

«En nombre de todo el pueblo
un saludo muy cordial
a nuestro Señor Obispo
y a todos en general»

para seguir con los que vemos en esta imagen de los recogidos por Luz de Liébana.

Un vino español, ofrecido a todos los asistentes; un "airoso" mayo, que ningún joven fue capaz de "esquilar" pese al buen premio que tenía; y una estupenda verbena con orquesta hasta altas horas, completaron la celebración.

Como resumen, como escribió Liébana Mensual, «una jornada de profunda religiosidad la que vivió este pueblo de Cobeña, quien en este día alcanzó una de las metas más ansiadas».

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