Píldoras de Historia

La Cofradía de la Santísima Cruz

28/11/2017

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La primera cofradía que se creó en el monasterio de Santo Toribio data del año 1181. Fue creada por los obispos de León, Palencia, Oviedo y Burgos, lo que denota la importancia que se la daba, y fue puesta bajo la advocación de Santo Toribio, como se desprende del hecho de que se fijara como fiesta de la Cofradía el 16 de abril, festividad del Santo. Su objeto era conseguir la redención de las almas de sus cofrades, tanto vivos como difuntos, mediante oraciones y misas.

Han de pasar varios siglos, sin embargo, hasta que, ya en el XVI, consta la Cofradía de la Santísima Cruz, encargada de alumbrar con velas y hachas de cera al Lignum Crucis, especialmente en sus salidas en procesión, además de seguir encomendando a Dios las almas de todos los cofrades difuntos.

Por estos siglos, varios Papas otorgan indulgencias a los cofrades, independientes de las existentes en los Jubileos. Así, Clemente VIII y Urbano VIII, por ejemplo, les concedieron indulgencia plenaria (la misma que se gana en el Jubileo) para el día de su ingreso en la Cofradía, confesando y comulgando; para los días de la Invención y la Exaltación de la Santa Cruz (3 de mayo y 14 de septiembre, respectivamente) de cada año, si, "estando contritos de sus pecados", visitaren una iglesia y rezaran por la paz "entre los príncipes cristianos", por la Iglesia y por el Papa; y en el día de la muerte si, estando arrepentidos de sus pecados, invocaran el nombre de Jesús.

Con el abandono del monasterio de Santo Toribio por los benedictinos, a raíz de la desamortización, la Cofradía debió de cesar en su actividad hasta que en 1871 se produce un intento de reactivarla. Con el apoyo del Papa Pío IX, que con tal motivo también otorgó indulgencia plenaria a los asistentes, el 23 de agosto de aquel año se celebró un multitudinario acto de "inauguración de la Hermandad de la Santísima Cruz", cuyo reglamento fue aprobado aquel mismo año.

Debió ser, en todo caso, una regeneración poco duradera ya que durante años vuelve a desaparecer cualquier mención en la documentación existente para reaparecer esporádicamente a partir de 1908. Destaca, por estos años, su participación en la inauguración del Escudo Nobiliario de Liébana (1917) o en la erección de la gran cruz que promovió en La Viorna en acuerdo de 1922. En este acuerdo, por cierto, se decidió, además, formar grupos en todos los pueblos de Liébana para recaudar la limosna de la Santísima Cruz y para gestionar la observancia de la Vez. No debía de haber entonces muchos cofrades según se desprende del hecho de que, por un lado, se diga que en los pueblos "donde haya cofrades suficientes, o sea en número de tres que será el de la comisión, formarán ellos dicha comisión y donde no, se formará con otras personas" y, por otro, se estimule a cada cofrade a procurar dos nuevos.

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Es después de la guerra civil cuando se produce una nueva reactivación, con la aprobación de nuevos estatutos en 1944, que se fortalece con la llegada de los franciscanos y la reconstrucción del monasterio. En 1968 se actualizan nuevamente los estatutos. Desde entonces, se refuerza su papel en todas las solemnidades en las que está presente el Lignum Crucis al que ha acompañado en las diferentes salidas realizadas fuera de Liébana. Le acompaña, además, todos los viernes del año en el periodo en que está abierta "la Vez".

En 1981, con motivo del VIII centenario de aquella fundación inicial, el Vaticano le concedió un periodo especial de jubileo que abarcó 13 días.

La Cofradía en la actualidad cuenta con unos 2.700 cofrades, si bien el número de los que colaboran habitualmente, como voluntarios en Santo Toribio o en las diversas actividades, es muchísimo más reducido.

Enlace relacionado:

Entrega del Premio Horeca 2017 otorgado por la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC) y los directores de los principales medios de comunicación de Cantabria a la Cofradía de la Santísima Cruz de Santo Toribio.


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